lunes, 5 de septiembre de 2011

Campaña Reinos Olvidados nº16

Una vez averiguamos el lugar donde se encontraba el "túmulo feerico" solo nos quedaba llegar hasta allí para apoderarnos de la tercera reliquia. Por suerte la tumba no estaba lejos y a penas teníamos que recorrer unas pocas millas una vez que consiguiéramos salir del pantano donde nos encontrábamos.
Sin embargo abandonar la ciénaga no fue fácil pues la destrucción de la bruja había producido una "perturbación mágica en su entorno" que impedía que nos orientarnos con normalidad (cosas del plano de las hadas). Además las sagas de la zona no estaban dispuestas a dejar que nos marcháramos tan alegremente después de que hubiéramos acabado con una de ellas.

Dos sagas nos atacan desde lejos y además un cocodrilo gigante atrapa a nuestro pícaro cuando este se iba a esconder entre los juncos. Las sagas, combatiendo en su terreno, son esquivas y difíciles de abatir por lo que no pudimos evitar que nuestro compañero acabara engullido por el reptil.

Una vez dejado atrás los pantanos el resto del camino fue fácil. El túmulo era una vieja torre en ruinas que divisamos desde la distancia pero para nuestra sorpresa encontramos a dos dragonidos acampados junto a ella... ¿quienes eran estos dos?, ¿enemigos?, ¿aventureros con nuestro mismo objetivo?.
El caso es que la mitad de nuestro grupo se escondió en los arbustos y tomo posiciones mientras la otros nos adelantábamos para conversar con los extraños. Los dragonidos resultaron ser aventureros pero que tenían a un aliado herido dentro de la torre. Negociamos con ellos y llegamos a un acuerdo: nosotros curaríamos a su amigo a cambio de que ellos abandonaron la búsqueda. Nuestras tiradas de perspicacia fueron bastante pobres así que caímos en su trampa pues no eran aventureros... sino los guardianes del túmulo!

Tres miembros de nuestro grupo (todos llevamos un punto rojo) han permanecido ocultos y han tomado posiciones. Dos de nosotros se quedan con uno de los dragonidos en el campamento mientras el otro medio-dragón conduce a mi clérigo enano (por suerte escoltado por nuestro guerrero minotauro) para que pueda curar al supuesto herido... SORPRESA!, en la torre hay un dragón verde que nos da la bienvenida con un chorro de veneno

Se lía una buena. El dragón vuela a escasa altura y se dedica a hacer peligrosas pasadas mientras espera recuperar su ataque de aliento. El dragonido de fuera es presa fácil (gracias a la emboscada) pero el de dentro se revuelve y nos lo pone muy difícil. Estamos envenenados y ralentizados y además no paso del 10 en mis tiradas de dados.

El dragón cayó pero lanzo hasta cuatro veces su aliento contra nosotros por no hablar los múltiples garrazos que nos impactó en sus vuelos. De nuevo varios de nosotros al borde de la muerte (últimamente las estamos rozando demasiado a menudo, se masca la tragedia). Lo positivo es que ya tenemos los tres objetos.

6 comentarios:

  1. Paradisíaco y plácido pantano... nagas, cocodrilos gigantes, ¡y un dragón! La leche.

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  2. Je! La verdad es que nuestrra visita al "plano de las hadas" ha sido bastante intenso

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  3. Estas crónicas de sesiones de juego son sencillamente apasionantes. ¡Muy bien!

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  4. Esta vez teniais un buen plan. Una lastima que no se os ocurriera a ninguno mirar dentro de la torre antes. De todas maneras quitaros al mago dragonido rapidamente fué decisivo para el resultado final del combate. Gran actuación del picaro

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  5. Ya existe un nuevo grupo para gestear el nuevo reglamento de miniaturas.
    No se usan dados pero si cartas con poderes.

    http://community.wizards.com/dnd_playtesting

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  6. Hola Bonoman

    Gracias por mantenernos informados ;)

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