Campaña Reinos Olvidados nº11

Un pequeño gorrión gris llegó a mi ventana. Sin duda alguna un "mensajero animal" enviado por mi amigo Alfred, erudito y sacerdote de Oghma, al que le habíamos encargado la misión de recopilar información en las bibliotecas de Aguasprofundas. El pájaro aleteo hasta mi hombro y de repente escuché la inconfundible voz de Alfred en mi oído. "He encontrado información sobre la corona. Parto inmediatamente hacía Secomber. Nos vemos allí dentro de tres días" Así comenzó esta sesión aunque nada más recibir la noticia maldije en voz baja pues aunque Alfred era un buen amigo de la infancia nunca se había caracterizado por sus habilidades para correr aventuras y sobrevivir mas allá de las paredes de las bibliotecas que tanto le gustaban. Lamentablemente ya no podía hacer nada para evitarlo así que hable con mis compañeros y nos fuimos a Secomber a esperarlo. Dos días después de nuestra llegada recibimos la noticia de que la caravana que venía de la costa había sido atacada. Nos agenciamos los caballos más rápidos que pudimos conseguir y partimos a toda velocidad. Nuestras tiradas de montar fueron excelentes y antes del mediodía ya estábamos frente a los restos de la caravana atacada. Habían un par de supervivientes que nos confirmaron que sus atacantes, orcos, habían tomado prisioneros Al rastrear a los orcos vimos que los monstruos se habían dividido en dos grupos. El grupo principal había huido hacía su guarida pero unos pocos se habían desviado hacia una granja cercana. Pese a la urgencia de rescatar a nuestro amigo no podíamos dejar a los granjeros a su suerte. Uno de los edificios está en llamas y un ogro acompaña a los orcos. Les atacamos por sorpresa pero sus arqueros también son peligrosos El ogro nos dio mucha caña y tuvimos que gastar todos nuestros poderes diarios para abatirlo. Las cosas se pusieron difíciles hasta que empezaron a llegar los veintes en el dado Lo mas sensato hubiera sido descansar después de este encuentro pero la situación de urgencia no lo permitía así que preparamos un plan. Tres de nosotros tomaron mágicamente apariencia de orcos mientras dos simulábamos ser prisioneros. De esta forma nos infiltramos en su guarida Nuestro engaño funciona (PJs marcados con puntos rojos). Mientras nuestros compañeros disfrazados de orcos siguen el juego y se disponen a tomar el "rancho", dos de nosotros somos conducidos a una jaula junto al resto de los prisioneros (en la parte inferior de la foto) . Cuando nuestro guardia va a encerrarnos le atacamos. Al oír el barullo, el chaman orco libera a sus bestias pero en esos momentos nuestros compañeros atacan su retaguardia. Todo terminó bien aunque uno de los rehenes murió (por suerte no fue Alfred). Ahora tenemos información sobre la corona pero probablemente tendremos que visitar a los poco amigables Eladrines de las Moonshaes...un viaje largo y complicado